Madrid, 28 de mayo de 2024: El devastador corrimiento de tierras en Papúa Nueva Guinea ha dejado a miles de personas, entre ellas muchos niños y niñas, enfrentadas a una lucha desesperada por la supervivencia. Se necesita ayuda internacional urgente para proporcionar socorro inmediato y garantizar el bienestar a largo plazo de todos los afectados.
Las evaluaciones conjuntas con las autoridades gubernamentales de gestión de catástrofes, organismos de la ONU y agencias de ayuda humanitaria como World Vision revelan que el corrimiento de tierras ha asolado el distrito 7 de Yambali y el distrito 14 de Kaundak en Papúa Nueva Guinea, desplazando a 7.849 personas y destruyendo por completo la aldea de Tulipari. El corrimiento de tierras ha dejado a las familias, incluidos muchos niños y niñas, sin hogar, refugio ni artículos de primera necesidad.
Los primeros informes del gobierno de Papúa Nueva Guinea indicaban que más de 2.000 personas habían quedado sepultadas, mientras que Naciones Unidas calculaba 670 víctimas mortales. Sin embargo, debido a las limitadas comunicaciones y a los esfuerzos de búsqueda en curso, la verdadera magnitud del desastre sigue sin estar clara.
Chris Jensen, director nacional de World Vision en Papúa Nueva Guinea, afirma: “Necesitamos urgentemente una respuesta multisectorial. Nuestros corazones están con la infancia y las familias que se han visto obligados a vivir en zonas abiertas con refugios inadecuados. Los riesgos para la salud y la protección a los que se enfrentan por las bajas temperaturas y las condiciones insalubres son profundamente preocupantes”.
Casas, escuelas, medios de subsistencia, comunidades enteras, han sido arrasadas. Esta catástrofe ha afectado especialmente a las familias, incluidos muchos niños y niñas, que ahora viven en zonas expuestas con suministros limitados. Esta situación crea multitud de problemas, desde la necesidad inmediata de alimentos, refugio y artículos de primera necesidad hasta el riesgo de brotes de enfermedades debido a las condiciones insalubres. Las necesidades inmediatas incluyen alimentos, refugio, mantas, mosquiteras y utensilios de cocina. Garantizar unas instalaciones sanitarias adecuadas también es crucial para prevenir la propagación de enfermedades.
“El apoyo de la comunidad internacional es esencial. Necesitamos urgentemente recursos y ayuda para mejorar las condiciones de vida y salvaguardar la salud y el bienestar de los niños y niñas y las familias afectadas. Este es un momento crítico para actuar», añadió Jensen.
World Vision, junto con otros actores humanitarios y el gobierno de Papúa Nueva Guinea, está trabajando incansablemente para responder a las comunidades afectadas por los corrimientos de tierra. Sin embargo, la magnitud de la devastación exige una respuesta internacional coordinada. Se necesita ayuda urgente para proporcionar suministros esenciales, mejorar las condiciones de vida y garantizar la seguridad y el bienestar de todos los niños y familias afectados.
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