Madrid, 29 de febrero de 2024: Al menos 35.000 niños y niñas se han visto obligados a huir de sus hogares en los últimos días debido a un nuevo aumento de ataques armados mortales en Cabo Delgado, al norte de Mozambique. Constituyen la mayoría de las algo más de 67.000 personas que han buscado refugio en la vecina provincia de Nampula (33.000 personas).
Constância, de 13 años, explicó su aterradora experiencia: «Atacaron nuestra comunidad cuando volvía de la escuela. Huí. Mi familia también huyó, y estuvimos separados dos días que pasé caminando y buscando un lugar seguro donde quedarme. Tenía mucho miedo y no sabía qué hacer. Sólo seguía a grupos de personas que también huían de los ataques». Afortunadamente, Constância se reunió con su familia dos días después, cuando los encontró acampados en una escuela de Nampula. Compartió con World Vision que sus sueños de convertirse en enfermera se habían acabado al tener que abandonar la escuela.
Los niños y niñas desplazados carecen de alimentos, agua y cobijo. Miles de ellos han huido del avance de grupos armados no estatales con fama de secuestrar y reclutar por la fuerza a niños, raptar a niñas y decapitar a aldeanos.
«Estamos muy preocupados por este nuevo desplazamiento de los niños y niñas, la mayoría de los cuales ya vivían en condiciones de extrema vulnerabilidad», declara Simione Mhula, responsable de protección de la infancia de World Vision. «Sabemos por experiencias pasadas que estas niñas y niños correrán un mayor riesgo de secuestro y abusos. Debemos asegurarnos de que su protección sea una prioridad en los planes de respuesta del gobierno, así como entre los socios».
Las personas desplazadas necesitan desesperadamente alimentos, refugio y agua y saneamiento. Las autoridades locales tienen dificultades para proporcionar ayuda, a pesar de sus esfuerzos. Preocupa especialmente el posible brote de enfermedades contagiosas transmitidas por el agua, como el cólera, que supondrían una carga adicional para un sistema sanitario local ya sobrecargado.
«Tenemos algunos artículos no alimentarios preposicionados (kits de refugio y cocina, mosquiteras y purificadores de agua) que ayudarán, pero se necesita más, mucho, mucho más», dice Angelo Pontes, responsable humanitario y de emergencias de World Vision Mozambique. «Tenemos planificadas una serie de intervenciones que se centran en ayudar a los niños y niñas de Nampula. Entre ellas se incluye la derivación de la infancia más vulnerable en situación de riesgo a organizaciones especializadas en proporcionar apoyo psicosocial, asistencia jurídica y sanitaria, así como la defensa ante instituciones públicas y privadas para que los niños y niñas estén mejor protegidos. Estamos planeando ampliar el trabajo de respuesta con los socios y el gobierno. Hay que actuar hoy, no mañana», añade Pontes.
Los desplazamientos se deben al aumento de los ataques. Esto se produce tras un periodo en el que las hostilidades entre el gobierno y las fuerzas aliadas y los grupos armados no estatales en Cabo Delgado habían disminuido significativamente. Se han denunciado asesinatos y la destrucción de viviendas y edificios gubernamentales, entre ellos un centro de salud, un edificio del gobierno local y la casa del administrador del distrito. Se han saqueado tiendas.
El conflicto en Cabo Delgado dura desde 2017, ha causado la muerte de miles de personas y ha sembrado el caos en esta provincia rica en minerales.
El plan de respuesta de World Vision se dirige a 125.000 personas y requiere 6,58 millones de dólares para asistencia alimentaria, refugio, agua, saneamiento e higiene, protección y educación.
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