Madrid, 22 de noviembre de 2022: Tras los continuos combates entre las fuerzas del gobierno y el M23, siguen llegando personas a los campamentos de desplazados en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Estos campamentos ya están abarrotados lo que provoca un sufrimiento humano impensable.
Al menos 90.000 personas, desplazadas desde el 20 de octubre, necesitan suministros urgentes de alimentos, agua y refugio adecuado tras huir de los avances de los grupos armados en el este del país.
Algunas familias ya desplazadas huyen de nuevo para salvar sus vidas, sin apenas nada. Sobreviven en condiciones miserables a la intemperie, bajo los árboles, en las aulas de las escuelas y en las iglesias, donde sufren fuertes aguaceros, con un apoyo casi nulo.
«Las familias que han huido se encuentran en un estado desesperado. Carecen de alimentos, agua limpia, casi no tienen ropa de recambio y están hacinados en aulas e iglesias con acceso limitado a los aseos. En esta situación, los niños y niñas son extremadamente vulnerables al hambre, a las enfermedades, a la violencia sexual y a perderse», advierte Aline Napon, directora de World Vision en la RDC.
«Necesitamos un acceso humanitario seguro a las comunidades afectadas y un rápido aumento de los suministros de emergencia. Estos deben incluir alimentos, asistencia en efectivo, kits de agua, saneamiento e higiene, incluyendo recipientes para transportar y almacenar agua, cubos, jabón y toallas menstruales básicas», explica Eloisa Molina, directora de comunicación de World Vision España.
Bahati Fifi Nguruzira recuerda cómo tuvo que huir
«El tiroteo comenzó alrededor de la medianoche, y el sonido de los disparos era cada vez más fuerte y cercano. Salir al exterior era aterrador, pero sabía que esperar era más peligroso. Los disparos no cesaban, así que desperté a los niños. Les dije que era hora de correr», recuerda Bahati Fifi Nguruzira. A pesar de estar embarazada de su sexto hijo, tuvo que caminar 35 kilómetros desde Rugari hasta Kanyarucinya, en el territorio de Nyiragongo.
Bahati Fifi es una de las más de 16.000 personas actualmente desplazadas y hacinadas en la escuela primaria de Kanyarucinya.
El hacinamiento en los campamentos, que carecen de las instalaciones sanitarias necesarias durante la temporada de lluvias, ha dejado a las comunidades afectadas expuestas a brotes de enfermedades como el cólera y la disentería. Los niños y niñas están perdiendo comidas, educación y atención médica, y algunos podrían morir.
World Vision está actualmente sobre el terreno, asistiendo a múltiples crisis en el país, suministrando alimentos y agua, protección y atendiendo las necesidades psicosociales de la población desplazada. Pero las necesidades superan el suministro.
Nota para los editores:
- La RDC sufre la mayor crisis de hambre del mundo (27 millones de personas, incluidos 15,8 millones de niños y niñas, necesitan ayuda humanitaria) y alberga el mayor número de desplazados internos de África, con más de 5,6 millones. Los desplazamientos más recientes no hacen más que aumentar la cifra.
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