Tseliso posa con una gran bolsa de patatas recién cosechadas, preparadas para el comercio, que simbolizan su trayectoria de empoderamiento y éxito.Tseliso sostiene una bolsa de patatas, símbolo de su nueva mentalidad, su arduo trabajo y el brillante futuro que está construyendo para su familia.
Durante gran parte de su vida, Tseliso creyó que el éxito en los negocios estaba reservado para unos pocos afortunados, aquellos que habían nacido en familias adineradas o habían recibido formación en emprendimiento. Siempre había sido agricultor y trabajaba sin descanso para alimentar a su familia. Pero cuando intentaba vender sus productos, se encontraba con decepciones y pérdidas a cada paso.
«Pensaba que el espíritu emprendedor solo estaba al alcance de unos pocos elegidos», recuerda. «Sufrí tantas pérdidas que empecé a creer que quizá la riqueza no era para gente como yo. Como dice el refrán, «el dinero atrae al dinero», y para los que no somos tan afortunados, parecía imposible cambiar nuestra historia».

Como la agricultura no le proporcionaba ingresos suficientes, recurrió a trabajos esporádicos: ayudaba a construir casas, cosechaba para los más adinerados y aceptaba cualquier trabajo que se le presentara con tal de sobrevivir. La educación financiera le resultaba muy difícil; no sabía cómo elaborar un presupuesto, llevar registros ni contabilizar las ganancias. Con el tiempo, aceptó en silencio que tal vez el espíritu emprendedor simplemente no era lo suyo.
Pero todo cambió en 2024, cuando World Vision Lesoto le presentó la formación Empowered Worldview (EWV). «Al principio, pensé que la formación trataría sobre técnicas agrícolas», admite. «Pero mi vida estaba a punto de cambiar para siempre. Aprendí sobre la fe y la espiritualidad, sobre la identidad y la visión, y sobre cómo utilizar los recursos que ya están disponibles en nuestro entorno. Aprendí a soñar de nuevo».

Por primera vez, comenzó a verse a sí mismo de otra manera. «Solía menospreciarme, pero me di cuenta de que la actitud y las creencias pueden tener un gran impacto. La fortuna favorece a los valientes. Empecé a soñar y a imaginar el futuro que quería. Incluso escribí mi visión y, desde entonces, he trabajado para lograrla». Con esta nueva mentalidad, comenzó a manifestar una nueva identidad sobre su vida: «Soy un empresario de éxito». Y, de hecho, se ha convertido precisamente en eso.
World Vision le acompañó, no solo transformando su mentalidad, sino también dotándole de herramientas prácticas para convertir su visión en realidad. Se le ayudó a aprender a planificar, presupuestar y llevar un registro adecuado, habilidades que le ayudaron a controlar sus ingresos y gastos por primera vez. Se le orientó para que viera la agricultura no solo como un medio de subsistencia, sino como un negocio. Dejó de plantar a ciegas y comenzó a cultivar pensando en el mercado. Y cuando sus cosechas comenzaron a crecer, World Vision lo puso en contacto con compradores fiables, ayudándole a identificar mercados donde sus productos pudieran venderse a un precio justo.

Hoy en día, es propietario de dos campos donde produce patatas listas para el comercio, mientras que su huerto, que antes era pequeño, ahora no solo alimenta a su familia, sino que también abastece a su comunidad. «Ahora cultivo con un propósito y pensando en el mercado», afirma con orgullo. «Ya no me limito a plantar, sino que planifico». Pero la transformación va más allá de la granja. El efecto dominó se nota con mayor intensidad en su hogar.
Con su nueva mentalidad y sus ingresos estables, puede mantener a sus hijos con dignidad, asegurándose de que tengan comida en la mesa, ropa que ponerse y la oportunidad de ir a la escuela sin interrupciones. Su hija, en particular, se ha contagiado de su pasión. Ver a su padre soñar, planificar y ejecutar con un propósito ha despertado algo en ella también. «A mi hija le encanta la agricultura», dice con una sonrisa. «Veo cómo me mira cuando trabajo. Quiere seguir mis pasos y sé que estoy dando un ejemplo en el que ella puede basarse».

Lo que antes era un hombre dudando de su valía se ha convertido en un padre que está construyendo un legado. Su visión ahora va más allá de la cosecha de hoy; sueña con tener un camión de reparto para transportar sus productos con facilidad y, algún día, abrir una frutería y varios puestos de verduras en la ciudad; un negocio que sus hijos puedan heredar y hacer crecer. Su trayectoria es la prueba de que la pobreza es una cuestión de mentalidad. Empowered Worldview hizo más que enseñarle a cultivar; le dio una nueva identidad, le devolvió la esperanza y despertó al emprendedor que llevaba dentro.

«Nunca pensé que tendría varias granjas. Pero hoy sé que con la actitud, la convicción y la planificación adecuadas, puedo hacerlo. Soy más de lo que pensaba. Soy padre, proveedor, empresario. Estoy construyendo un futuro para mis hijos».
A través del modelo Empowered Worldview, Tseliso aprendió que la transformación comienza en la mente. Al renovar su fe, aceptar su identidad y visualizar un futuro mejor, se liberó de la duda y la dependencia. Hoy en día, sus acciones, desde la planificación cuidadosa de sus granjas hasta la conexión con los mercados, reflejan una vida llena de propósito, esperanza y confianza.