Sudán del Sur tiene todo el derecho a sentirse optimista sobre su futuro.
En los años previos a 2015, después de décadas de inestabilidad y guerra civil, las cosas finalmente empezaron a verse mejor. Si avanzamos hasta 2021, solo ocho años después de que el país obtuvo la independencia, su gente está siendo desplazada a niveles récord.
Es un aleccionador recordatorio de cómo las cosas pueden cambiar en un instante. La esperanza se convierte en desesperación para millones de personas cuando los problemas se agravan: la guerra, los problemas económicos, la sequía y las malas cosechas.
Mónica, es madre de cinco hijos. Ella y su familia ahora están desplazadas después de huir de la violencia. Son parte de los 2,2 millones de sursudaneses que se aferran al límite de la existencia con un camino largo e incierto por delante.
“Antes de los enfrentamientos, vivía y mantenía bien a mi familia. Nuestro huerto nos proporcionaba alimentos. Pero las circunstancias recientes nos han robado una buena vida».
La inseguridad alimentaria es una amenaza para la vida de las personas desplazadas y refugiados en Sudán del Sur. En 2017, se declaró la hambruna en áreas del país y, con los continuos disturbios, esto solo empeorará.
“Como madre, me duele ver que mi familia duerme con hambre”, agrega.
“La vida es más difícil y, a menudo, comemos una vez al día. Mi tienda no estaba funcionando bien ya que la mayoría de los clientes han huido en busca de seguridad a otras partes del país. Sin esta ayuda alimentaria, muchas personas en Tonj North morirían de hambre”, dice Monica.
World Vision está trabajando sobre el terreno para que miles de familias, como la de Mónica, puedan sobrevivir a esta cada vez más profunda crisis de refugiados. Si bien la comida es fundamental para la supervivencia, llevar la ayuda a donde se necesita puede resultar difícil en las naciones subdesarrolladas. El Proyecto de Asistencia Alimentaria de World Vision se asocia con el Programa Mundial de Alimentos para distribuir maíz, aceite vegetal, judías, sal y alimentos terapéuticos a los desplazados internos en áreas de Sudán del Sur.
Solo en marzo de 2021, más de 64.000 personas, 42.579 de ellas niños y niñas, recibieron apoyo a través de programas generales de distribución de alimentos, alimentación escolar y alimentación complementaria.
Sudán del Sur es uno de los cinco países que representan más de dos tercios de todos los refugiados y personas desplazadas a la fuerza en todo el mundo. En la actualidad, 79,5 millones de personas han sido desplazadas a la fuerza como resultado de persecuciones, conflictos, violencia o violaciones de derechos humanos y, sorprendentemente, el 40% son niños.
No sabemos cuánto tiempo la violencia y la alteración del clima continuarán desplazando a personas como Mónica y su familia, pero lo que sí sabemos es que el trabajo de salvar vidas, solo es posible con tu apoyo.
Este Día Mundial del Refugiado, nos unimos para apoyar a los refugiados, como Mónica, para ayudarlos a sobrevivir, recuperarse y construir un futuro.