La lucha contra la violencia de género

El año pasado, antes de que se declarara la pandemia, 300 niñas recibieron bicicletas en el condado de Yambio, en el estado de Equatoria occidental de Sudán del Sur, como parte del proyecto Bike for Girls (Bicicletas para las niñas) de World Vision. Gracias a esta iniciativa muchas niñas y jóvenes han vuelto a la escuela y se ha impulsado la lucha por acabar con la violencia de género y el matrimonio infantil.

Un informe de la ONU revelaba que, en 2019, alrededor del 65% de las mujeres y niñas habían sufrido violencia física y/o sexual a lo largo de su vida, y alrededor del 51% habían sufrido violencia por parte de su pareja. Además, la mayoría de las niñas y mujeres sufren violencia sexual por primera vez antes de los 18 años.

“Las bicicletas nos han permitido llegar a comunidades remotas para crear conciencia sobre muchos temas. Antes, solíamos caminar durante horas, soportando el mal tiempo y solo podíamos cubrir distancias cortas desde Yambio” dice Grace, una joven estudiante de 14 años que forma parte del proyecto. “Desde que comenzamos nuestros viajes, ha aumentado el número de niñas matriculadas en nuestra escuela de 379 a 782. Este hecho es muy esperanzador porque demuestra cómo nuestros esfuerzos pueden influir en las comunidades. Si esto ha ocurrido tras solo cuatro meses, imagínense cuántas niñas podemos proteger y traer a la escuela en dos años o más”.

Algún día una mujer dirigirá Sudán del Sur

Algunas de las madres jóvenes cuentan que dejaron de ir a clase debido a los nombres degradantes que la comunidad les suele adjudicar después de tener un hijo. Esto les afecta psicológicamente y reduce su motivación para reincorporarse y permanecer en la escuela. Para estas niñas ha sido de gran ayuda tener bicicletas no solo para permitir su desplazamiento sino también como medio para poder participar en actividades que contribuyen a los ingresos de su hogar. Hemos visto que con el apoyo y las habilidades adecuadas, las madres jóvenes pueden volver a la escuela y continuar con su educación.

“La educación tiene que ser para todos sin importar si eres joven o mayor”, agrega Grace, que continúa diciendo: “Apoyamos a las madres jóvenes para que confíen y crean en sí mismas a pesar de cómo la comunidad las etiquete”. Como defensora incansable de los derechos de las niñas, Grace siempre les dice que nunca sucumban a la presión negativa de sus compañeros, sino que siempre deben rodearse de aquellas  personas que las motiven a priorizar la educación para poder tener un futuro mejor. “Aunque las familias las desanimen deben persistir y no renunciar a sus sueños. Ver a una adolescente cargar con un niño es tan doloroso cuando se supone que debería estar en la escuela… Por eso hay que encontrar la manera de hacerlas volver para que tengan una vida mejor. Yo siempre les digo que algún día una mujer dirigirá Sudán del Sur”, añade Grace.

Muchas de las madres jóvenes que obtuvieron las bicicletas han logrado volver a estudiar, cuidar a sus hijos y participar en actividades de medios de vida que les ayudan a asegurar tanto su futuro como el de sus hijos.

La COVID-19 ha afectado al sustento de muchas familias y por ello algunos niños y niñas tienen que realizar trabajos que los expone al riesgo de explotación y abuso sexual. World Vision lleva a cabo campañas de concienciación a través de visitas puerta a puerta y discusiones en los centros de nutrición para ayudar a prevenir la explotación de niñas, mujeres y de todos los niños especialmente durante esta pandemia de coronavirus.

 

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