World Vision se prepara para garantizar que la vacunación contra la COVID-19 se implemente mundialmente de manera eficaz en las comunidades.
«Las vacunas apenas están comenzando a ser aprobadas para su uso, por lo que tenemos un largo camino por recorrer», afirma Dan Irvine, director senior de salud y nutrición de World Vision. «Pero sabemos por nuestra experiencia en las respuestas a los brotes de enfermedades como el ébola, el Zika y el VIH/SIDA, que a menos que las comunidades participen desde el principio en los procesos de planificación, existe un riesgo real de que las personas rechacen, malinterpreten o incluso difundan información falsa sobre las vacunas».
World Vision es un líder mundial en el desarrollo comunitario de base y la promoción de la salud y actualmente está en contacto con COVAX, una iniciativa global que trabaja con los fabricantes de vacunas para que todos los países tengan acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19 y para garantizar que los esfuerzos de participación de la comunidad sean clave para el trabajo de implementación.
En World Vision trabajamos en cómo combatir el miedo, la desinformación y la resistencia potencial de las comunidades frente a la implementación de la vacunación. Los líderes religiosos de confianza e influyentes, los trabajadores de salud comunitarios y el personal de base son fundamentales para los esfuerzos de la ONG de alentar a las comunidades vulnerables a aceptar las vacunas, cuando estén disponibles.
El programa Channels of Hope de World Vision trabaja con líderes religiosos para transmitir información veraz a las comunidades sobre asuntos relacionados con la salud y otros temas. Este programa ha sido fundamental para abordar enfermedades mortales y para evitar los contagios durante la pandemia de la COVID-19.«A medida que nos acercamos al Año Nuevo, hay una gran esperanza en que las vacunas permitan que la vida vuelva a la normalidad. Pero socializar a las comunidades para que las acepten es parte de la batalla», añade Irvine. «Una vacuna es inútil a menos que la gente esté dispuesta a ponérsela, por lo que no debemos subestimar la cantidad de trabajo que se necesita en los lugares más vulnerables del mundo para crear conciencia sobre sus beneficios”.
La respuesta a la COVID-19 de World Vision ya ha llegado a 58 millones de personas con ayuda, asistencia y mensajes de prevención y seguridad que se promovieron con éxito a través de cientos de miles de líderes religiosos y promotores de salud de base. Ahora el objetivo es movilizar a esas redes influyentes para apoyar el despliegue de vacunas y asegurar su justa asignación.