La violencia es una realidad diaria para 1.700 millones de niños en el mundo y la pandemia de COVID-19 está avivando las llamas de una realidad que a menudo ocurre en secreto. Tómate un momento para pensar en eso. Si cada uno de esos niños pusiera un folio en una pila, esta torre de folios tendría 100 kilómetros de altura. Es igual a 11 Montes Everest apilados uno encima del otro. En este momento, nuestro trabajo para proteger a los niños de la violencia es más importante que nunca. Aquí hay cinco formas en que las madrinas y padrinos de niños como tú, ayudan a mantener a los niños seguros.
1. Conocer y ser conocido
Ser apadrinado significa que un niño es conocido por su padrino o madrina, por el personal de World Vision, los voluntarios, por nuestras redes de líderes y socios comunitarios locales. Eso significa que cada uno de los 3.3 millones de niños en el programa de apadrinamiento está unido a personas comprometidas a cuidarlos.
No ha habido un día en que nuestro trabajo para proteger a los niños se haya detenido, incluso cuando las restricciones de la COVID-19 han impedido que nuestro personal visite las comunidades con las que trabajamos. Hemos utilizado a nuestros voluntarios locales, así como teléfonos móviles, WhatsApp, redes sociales y cualquier otra tecnología disponible para continuar monitoreando la salud y el bienestar de los niños y responder a sus necesidades.
También ayudamos a las familias de los niños a registrar su nacimiento. Sin un certificado de nacimiento, algo que muchos de nosotros damos por sentado, es posible que un niño no pueda matricularse en la escuela, acceder a la atención médica pública, demostrar que es demasiado joven para casarse o ser localizado si está separado de su familia. El registro de nacimiento es la clave para muchas oportunidades básicas para un niño, y el apadrinamiento infantil ayuda a garantizar que puedan abrir esas puertas.
2. Empoderar a lo niños
Los niños son el centro de nuestro enfoque de protección infantil. Los niños tienen derechos: a la seguridad, a la educación y a no sufrir abusos, entre otros. Cuando comprenden esos derechos, son menos vulnerables a la explotación. Pero más que eso, cuando los niños están empoderados para disfrutar de sus derechos, pueden convertirse en una fuerza poderosa para el cambio. Cuando los niños y los jóvenes aprenden a comunicar opiniones, asumir responsabilidades y tomar decisiones, desarrollan un sentido de pertenencia, justicia, responsabilidad y solidaridad, algo fundamental para poner fin a la violencia en su generación y en la siguiente.
Por eso, en el Líbano, estamos utilizando un espectáculo de marionetas para enseñar a los niños sobre sus derechos y crear espacios seguros para que jueguen.
En Kenia, estamos trabajando con las niñas para comprender que la mutilación genital femenina es tanto dañina como ilegal, y las alentamos a que se cuiden unas a otras.
En Bangladesh, estamos apoyando a los niños para que establezcan foros infantiles donde trabajan juntos para acabar con el matrimonio infantil denunciando casos, encontrando certificados de nacimiento para evitar que las niñas menores de edad se casen y defendiendo el fin de la práctica. Y está funcionando: los niños interrumpieron más de 70 matrimonios infantiles en sus comunidades durante dos años.
3. Educación y apoyo a las familias
Las familias deberían ser la mayor fuerza protectora de los niños, pero a veces son las facilitadoras o incluso las perpetradoras de la violencia que experimentan los niños. La pandemia de COVID-19 ha aumentado el riesgo de abuso físico, emocional y / o sexual que enfrentan algunos niños. Al mismo tiempo, el estrés económico causado por los encierros y otros efectos relacionados con COVID pueden hacer que las familias desesperadas sean más vulnerables a los atractivos financieros de someter a sus hijos al trabajo infantil, el matrimonio infantil, la prostitución infantil y la trata de niños.
Estamos trabajando para combatir estas secuelas al enseñar a las familias sobre los derechos de los niños, la importancia de la educación y los riesgos y consecuencias de poner a los niños en situaciones de explotación. También estamos abordando los causas económicas proporcionando alimentos de emergencia, efectivo y cupones para que puedan satisfacer las necesidades de sus familias, ayudándoles a reconstruir sus medios de vida con capacitación, y acceso a servicios financieros, y conectándolos con asesoramiento o apoyo psicosocial.
4. Movilizando a las comunidades
En cada uno de los 54 países donde trabajamos para proteger a los niños de la violencia construimos relaciones sólidas y confiables con socios locales, incluidos maestros, policía, trabajadores de la salud, gobierno local, organizaciones comunitarias y empresas, así como líderes de muchas religiones, quienes a menudo son las voces más confiables y autorizadas en sus comunidades. Nuestra red global de más de 400.000 líderes religiosos capacitados se ha movilizado durante la crisis de COVID-19 para crear conciencia y alentar a sus comunidades a proteger a los niños de la violencia.
También nos asociamos con más de 150.000 voluntarios comunitarios que viven y trabajan en las mismas comunidades que nuestros niños apadrinados. Durante los cierres de la COVID-19, estos voluntarios han sido una red de seguridad siempre presente para los niños, incluso cuando las escuelas y otros servicios estaban cerrados. Están ayudando a cambiar las opiniones de la comunidad sobre temas como el matrimonio infantil, el trabajo infantil; y cuando ocurre violencia contra los niños, ellos lo denuncian a las autoridades y explican a otros en su comunidad por qué y cómo denunciar la violencia también. Y no solo los niños apadrinados se benefician cuando las comunidades se unen para hacer el mundo más seguro para los niños. Debido a nuestro enfoque de desarrollo basado en la comunidad, por cada niño apadrinado, también se benefician cuatro niños más.
5. Abogacía entre los gobiernos
El apadrinamiento infantil funciona a nivel local, con los niños, sus familias y comunidades, para proteger a los niños de la violencia. Pero sabemos que los gobiernos tienen un papel importante que desempeñar si el mundo quiere lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al abuso, la explotación, la trata y todas las formas de violencia contra los niños para 2030. En estudio realizado por World Vision en 2019 sobre la legislación nacional y las políticas para proteger a los niños de la violencia en 20 países, encontró importantes lagunas legales, iniciativas fragmentadas y falta de recursos dedicados a implementarlas. Es por eso que la defensa también es una parte importante de nuestro trabajo: influir en los gobiernos para fortalecer las leyes, políticas, programas y servicios para proteger a los niños, empoderar a las comunidades para que los gobiernos rindan cuentas y generar evidencia para impulsar el cambio.
Juntos, estamos construyendo estructuras y redes que protegerán a los niños hoy y los empoderará para el mañana.
Un mundo sin violencia contra los niños es posible. La campaña Se necesita un mundo para poner fin a la violencia contra los niños, está catalizando un movimiento global de personas comprometidas con mantener a los niños a salvo del daño y la violencia. Los padrinos y madrinas están ayudando a crear un cambio duradero para que todos los niños puedan vivir una vida libre de violencia.