Para algunos de nosotros, el aumento del precio de los alimentos significa comer menos fuera. Para otras muchas personas, conlleva directamente dejar de comer.
¿Y si tú fueras la razón por la que un niño o una niña no tuviera que volver a acostarse con hambre?
O simplemente pudiera seguir asistiendo a la escuela, dormir seguro por la noche, terminar sus estudios y cambiar el destino de su comunidad para siempre.
¿Qué pasaría si tú fueras la razón por la que un niño o una niña nunca tuviera que elegir entre recibir una educación y encontrar su próxima comida? Gracias a los padrinos y madrinas, Mike de Malawi, puede seguir estudiando y su familia tiene una fuente de alimentación estable.
Durante la mayor parte de su vida, Tsehay ha caminado más de 4 horas diarias para ir a buscar agua potable al pozo más cercano a su casa en Etiopía. Durante su largo viaje no sólo se enfrentaba a la amenaza de ser secuestrada o violada, sino también al peligro de contraer alguna de las enfermedades transmitidas por el agua contaminada. Desde que los padrinos y madrinas hicieron donaciones para construir un pozo en la aldea de Tsehay, ya no teme las enfermedades ni la violencia, y nunca falta a clase.
Cuando los padres de Patty perdieron sus medios de subsistencia durante la pandemia de COVID-19, ya no pudieron permitirse enviarla a ella y a sus hermanos a la escuela. Desde que fue apadrinada, Patty ha vuelto a la escuela y ahora sueña con ser médico para poder ayudar a los demás.
El apadrinamiento de niños y niñas tiene el poder de transformar la vida de menores vulnerables y de comunidades enteras.
Todos los días, Ireen, de Malawi, se levantaba antes del amanecer para ir a buscar agua contaqminada a la fuente más cercana a su aldea. No tenía más remedio que hacer el viaje tres o cuatro veces al día, caminando un total de seis kilómetros desde el amanecer hasta el atardecer, saltándose la escuela mientras hacía el recorrido. En 2020, gracias al padrino de Ireen y a otros que apoyan a niños y niñas como ella en la comunidad, World Vision perforó un pozo para conseguir agua. Con un grifo en la puerta de su casa, Ireen y otras niñas como ella ya no tienen que faltar a clase ni temer por las enfermedades.
La comunidad de Derartu, en Etiopía, se enfrenta a la peor crisis de hambre en una generación debido a la sequía y al aumento de los precios de los alimentos. Pero con la ayuda de los niños y niñas apadrinados, en la aldea de Derartu se ha construido un sistema de riego que ayuda a la comunidad a cultivar diversos tipos de verduras y cosecharlas varias veces al año, manteniendo a raya la desnutrición.
El apadrinamiento de niños y niñas con World Vision garantiza que los niños de todo el mundo tengan una oportunidad justa de recibir una educación de calidad cubriendo sus distintas necesidades. Esto puede adoptar diferentes formas: suministrando uniformes escolares o los libros de texto necesarios, cambiando la actitud de los padres hacia la escolarización, ayudando a las familias a aumentar sus propios ingresos o proporcionando apoyo al aprendizaje a niños con discapacidades. También trabajamos con escuelas y profesores para dotarles de los materiales que necesitan para ayudar a los niños a prosperar.
Cuando empezó la pandemia de COVID-19, Jennifer y su marido se quedaron sin trabajo y no pudieron seguir financiando la educación de sus hijos en Filipinas.
Desde que Patty y su hermano Vince fueron apadrinados por World Vision, pudieron seguir en la escuela y Jennifer pudo recibir la atención médica que necesitaba. Ahora Patty sueña con ser médico.
"Patricia y Vince por ser niños apadrinados reciben kits escolares... Los regalos pueden parecer sencillos, pero significan mucho para nosotros"
Apadrina a un niño hoy mismo.
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200 miillones de niños
Hemos ayudado a más de 200 millones de niños a hacer realidad sus sueños.
