Los niños traumatizados huyeron de Myanmar a Bangladesh, trayendo consigo desgarradoras historias de violencia.
Ahora sobreviven en campamentos improvisados superpoblados. Necesitan comida, agua limpia y un lugar seguro para llamar hogar.
Con el coronavirus, estos niños enfrentan aún más trastornos.
Necesitamos tu ayuda con urgencia.