Madrid, 27 de abril de 2023: Mientras continúan los violentos enfrentamientos en Sudán, UNICEF y las ONG centradas en la infancia World Vision y Save the Children destacan el peligro que corren los niños si todas las partes no respetan el actual alto el fuego. Millones de niñas y niños vulnerables necesitan ayuda humanitaria inmediata, y todos los niños deben ser protegidos de cualquier daño.

Según los informes, al menos nueve niños han muerto y más de 50 han resultado heridos durante los enfrentamientos que estallaron el 15 de abril de 2023.

Las hostilidades también están provocando desplazamientos y exponiendo aún más a los niños y niñas a posibles violaciones graves, como el reclutamiento y la utilización por fuerzas y grupos armados, así como la violencia sexual.

Según la Organización Mundial de la Salud, la atención sanitaria se ha visto gravemente afectada por la violencia, ya que un tercio de los centros sanitarios de Sudán han dejado de funcionar, lo que priva a los niños y a sus familias del acceso a la atención sanitaria esencial.

La cadena de frío que mantiene viables las vacunas se ha visto afectada por los constantes cortes de electricidad y combustible, poniendo en peligro la vida de millones de niños en un país donde las tasas de vacunación ya estaban cayendo y donde los niños se enfrentan a brotes regulares de enfermedades. Millones de niños se quedarán sin vacunar, lo que les expondrá a enfermedades mortales como el sarampión y la poliomielitis.

"Los niños corren el riesgo de morir o sufrir daños físicos y de desarrollo si no tienen acceso a la ayuda alimentaria y nutricional", afirma Emmanuel Isch, director de World Vision en Sudán. "Sin paz, prestar asistencia alimentaria y apoyo nutricional a niñas y niños extremadamente vulnerables y a sus comunidades se hace mucho más difícil".

Antes del comienzo del actual conflicto, las necesidades humanitarias en Sudán eran agudas y empeoraban, siendo los niños los más vulnerables. Unos 15,8 millones de personas necesitaban ayuda humanitaria, entre ellos más de 8,5 millones de niños y niñas. Sudán tiene una de las tasas de desnutrición infantil más altas del mundo. La crisis ha interrumpido el tratamiento vital para unos 50.000 niños que sufren desnutrición aguda grave y que actualmente están inscritos en programas de tratamiento. Esos niños podrían morir y las tasas de desnutrición empeorarán a menos que se reanude rápidamente la ayuda.

"Los niños y niñas son los más afectados por el conflicto en Sudán", explica Mandeep O'Brien, representante de UNICEF en Sudán. "Están muriendo y se les está arrebatando su futuro. Las consecuencias de impedir que los niños vulnerables reciban servicios de salud, protección y educación durarán toda la vida. Los combates deben cesar para que podamos llegar urgentemente a todos los niños vulnerables, dondequiera que se encuentren”. 

Incluso antes de la crisis actual, 7 millones de niños y niñas sudaneses no iban a la escuela y 2,7 millones vivían con desnutrición", declara Arshad Malik, director de Save the Children en Sudán. "Aún se desconocen todos los daños sufridos por las instalaciones sanitarias y las escuelas. Necesitamos garantizar urgentemente que todos los niños tengan acceso a alimentos, agua y atención médica: sus vidas están en peligro”. 

El cierre de escuelas ha obligado a millones de escolares a abandonar sus aulas, dejando a una de cada tres niñas y a uno de cada cuatro niños sin poder aprender. Los niños también se enfrentan a una educación de mala calidad. Alrededor del 70% de los niños de diez años no saben leer.

Las tres organizaciones están profundamente preocupadas por el impacto del prolongado conflicto en los niños, y hacen un llamamiento urgente a todas las partes del conflicto y a la comunidad internacional para que hagan más para proteger a los niños y niñas en Sudán, incluyendo:

  • Mantener y respetar el alto el fuego, y garantizar que se pueda restablecer el apoyo humanitario. Las actividades humanitarias se han interrumpido en muchos estados debido a la violencia y la inseguridad generalizadas. Las instalaciones de World Vision, UNICEF y Save the Children se encuentran entre las que han sufrido asaltos y robos de suministros. Todas las partes en conflicto deben garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios y permitirles llegar a los niños, niñas y sus familias con servicios urgentes de salud, nutrición, protección y educación, sin temor a la violencia o a la obstrucción.

  • Todas las partes en conflicto deben abrazar la paz para los niños y niñas de Sudán y reabrir las escuelas. Las escuelas no son sólo espacios de aprendizaje para los niños, sino también espacios seguros que los protegen de los abusos y la explotación, incluido el reclutamiento por parte de grupos armados. Por cada día que los niños permanecen fuera de la escuela, las posibilidades de que finalmente regresen son escasas, especialmente en el caso de las niñas. La crisis del aprendizaje en Sudán se está convirtiendo en una catástrofe generacional y requiere una acción urgente.

  • Todas las partes deben proteger a los niños y niñas e impedir su reclutamiento y utilización. El reclutamiento y la utilización de niños por fuerzas y grupos armados conlleva una exposición grave y duradera a acontecimientos traumáticos físicos y psicológicos.

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