"Cuando ocurrió, lloré y culpé al día en que nací", recuerda Katina*, de 16 años. Su padre es un soldado que los abandonó cuando eran pequeños. Su madre se convirtió en una borracha y nunca prestó atención al bienestar de sus hijos.
A los 10 años, Katina se convirtió en madre de sus hermanos, dos niñas y dos niños. Comenta: "Empecé a recoger leña y a venderla en el mercado para comprar comida. Solo podíamos permitirnos una comida al día".
Katina se acostumbró y se sintió segura yendo al monte. Esta fue su única fuente de sustento durante seis años, hasta enero de 2022.
"No me di cuenta de que el hombre se escabullía detrás de mí. De repente me agarró y me violó mientras intentaba alimentar a mi hermano", cuenta.