“No tenía ni idea sobre la desnutrición porque ninguno de mis hijos la había hasta 2020 cuando la pandemia de COVID-19 golpeó y nos hizo la vida aún más difícil”, dice Martha, de 30 años.
Martha Naam es madre de cuatro hijos y dejó su ciudad natal en el condado de Torit de Sudán del Sur para reunirse con su esposo Dominic, un asalariado diario, en Juba.
“Mi hija menor se desnutrió. He pasado muchas noches de insomnio viendo a mi hija sufrir”, agrega. Trató a su hija con medicinas a base de hierbas y su condición empeoró hasta que una vecina, Poni, le informó sobre el programa de nutrición de World Vision.