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Minutos de lectura

Es nuestra Tierra pero vuestro cambio climático

Nomundari, de Mongolia, habla del impacto del cambio climático

Necesitamos beber agua, ingerir alimentos y respirar aire para vivir.

Sin embargo, todo esto está en juego debido al cambio climático, y lo sufren especialmente los niños y niñas.

El cambio climático es un problema desde hace tanto tiempo que hasta mi prima Indra, de cinco años, conoce los conceptos básicos.

Ella puede decirte que necesitamos actuar desesperadamente.

El cambio climático ya es un hecho en Mongolia.

Catástrofes naturales como sequías, fuertes nevadas, inundaciones, frío extremo, altas temperaturas y terremotos son recurrentes durante todo el año.

En 2019, tuve el honor de hablar en la ONU, dirigiéndome a los líderes mundiales para hablar sobre la importancia de abordar el cambio climático y escuchar a los niños.

Sin embargo, es frustrante que dos años después no hayan cambiado mucho las cosas. Ha mejorado algo: el aire en Mongolia, que una vez me hizo ir al hospital, está un poco más limpio. Pero aspectos como el agua se han vuelto más críticos.

Todas las cosas que nos mantienen sanos están influenciadas por el acceso al agua.

La seguridad alimentaria, la nutrición, la posibilidad de que las familias de las zonas rurales puedan cultivar lo suficiente para llegar a fin de mes... todo depende del agua.

Además, ¡también necesitamos agua para beber y lavarnos!

Mongolia es uno de los 60 países del mundo con recursos limitados de agua dulce; cerca del 82% de nuestro suministro total de agua proviene de aguas subterráneas.

En el Gobi y las zonas meridionales cercanas, el agua subterránea es de gran consistencia y contiene un alto grado de minerales.

Más de 80 sums (condados) de 16 aimag (provincias) tienen graves problemas con la calidad del agua. Su agua contiene calcio, magnesio, cloro y sulfato que superan los límites de seguridad para beber.

Every year in my country, there are disease outbreaks from contaminated food or water, and children, especially young ones my cousin’s age, die.

In 2007, there were almost 12,000 cases of six enteric diseases (ones caused by contaminated food or water), comprising  29% of the total infectious diseases.

En 2008 se incrementó hasta casi el 40%. Está claro que tenemos un problema. Por desgracia, no disponemos de datos más recientes; realmente necesitamos hacer otra encuesta, una y otra vez, para saber cómo está afectando la escasez de agua y el cambio climático a los niños de Mongolia.

La mayoría de mis compañeros de Ulán Bataar, la capital, no conocen los problemas específicos que ocurren en nuestro país o en el mundo.

Necesitamos estar más informados sobre este tema para prepararnos y ayudar más en el futuro, y ver y crear oportunidades para actuar también.

El cambio climático no sólo afecta a nuestro futuro, sino también a nuestra salud actual.

Afecta también a la salud de nuestros padres y otros adultos, pero suele ser aún peor para los niños, y nosotros somos los que menos hemos contribuido a causar el problema.

En 2007, el cuarto informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) concluyó que casi el 90% del cambio climático está causado por los efectos negativos de las actividades humanas, pero 14 años después, las cosas siguen sin mejorar. ¿No va siendo hora de que las cosas mejoren, adultos? No se trata sólo de vuestra Tierra, sino de la nuestra.

Que este sea un año de esperanza. Un año de empoderar a los niños para que se liberen de los efectos devastadores del cambio climático.

 

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