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Una mujer con un niño en brazos en Afganistán

La elección que ningún padre debería tomar

¿Qué niño comerá hoy?

Si tu familia estuviera muriendo de hambre y supieras que vender a uno de tus hijos evitaría que el resto de ellos mueran, ¿lo harías?

Por un momento, dejemos de lado la impactante realidad de que en Afganistán se puede comprar a un niño, una práctica que ahora está aumentando en respuesta a la terrible situación de hambre que el país está padeciendo.

 

Un niño de Afganistán es sometido a una prueba de desnutrición con una cinta MUAC.

La situación en Afganistán es tan mala que mi personal de respuesta de emergencia nacional, mientras ejecuta programas de ayuda alimentaria en áreas remotas, también ha establecido un fondo para ayudar a familias desesperadas y evitar que vendan a sus propias hijas. Saben que esas niñas, a menudo increíblemente jóvenes, terminarán casadas con hombres mayores o vendidas como servidumbre. Aunque estas prácticas tenían lugar antes de que los talibanes llegaran al poder, ahora se han agravado debido a la crisis del hambre. Mi personal recientemente, incluso escuchó la historia de un padre que trató de dejar a sus hijos en una mezquita, tal era su desesperación. Esto sucede porque los programas de asistencia alimentaria como los que ejecutamos, que satisfacen las necesidades de muchos miles de personas, se están viendo superados por el creciente número de personas que se enfrentan al hambre.

Afganistán se enfrenta ahora a la peor crisis de hambre que se recuerda. Las últimas estadísticas muestran que más de la mitad de los 40 millones de habitantes se enfrentan a niveles agudos de desnutrición y que los niños mueren de hambre. Entre este terrible número, casi nueve millones de personas están al borde de la inanición. En este contexto, un número incalculable de niños y niñas mendigarán, se verán forzados a realizar trabajos peligrosos, sacados de la escuela o incluso vendidas en matrimonio.  

Una mujer sentada junto a la ventana en Afganistán

El invierno es ahora lo que todos temen, ya que las cosas empeorarán mucho más rápido. La nieve impedirá el acceso a áreas remotas que podrían quedar aisladas hasta por cuatro meses. Nos estamos quedando sin tiempo para llevar ayuda alimentaria a estas aldeas, que pronto se volverán inaccesibles.

Mi organización, World Vision, ha estado en el terreno durante 20 años realizando una variedad de trabajos humanitarios y de desarrollo, pero las actividades más críticas en este momento son proporcionar nutrición de emergencia a través de 15 clínicas de salud móviles. Es desgarrador visitar estas clínicas y conocer a madres jóvenes que comparten historias de sus luchas para sobrevivir con casi nada. El personal médico mide los brazos de los niños como indicador de cuán desnutridos están. Los más débiles son enviados a salas especializadas en nutrición a los hospitales. Estas salas se están llenando de niños, a veces varios por cama, y ​​las muertes son cada vez más comunes.

Otra labor que llevamos a cabo es proporcionar los alimentos que el PMA nos facilita para distribuir en las provincias remotas y montañosas donde trabajamos en el oeste de Afganistán. Todos estos están marcados en rojo como 'emergencia' en un mapa administrado por expertos en seguridad alimentaria mundial que han evaluado la situación alimentaria. De hecho, la mayor parte de Afganistán ahora es roja, y está a solo un paso de la 'hambruna' negra. 

La situación ya era mala antes de que los talibanes tomaran el control de Kabul en agosto. La sequía, probablemente agravada por el cambio climático, y el conflicto que había desplazado a decenas de miles de personas, crearon las condiciones iniciales de esta crisis. Pero esta situación ya mala, ha empeorado significativamente. La financiación internacional que apoyaba a sectores cruciales como la salud, la educación y el desarrollo se ha suspendido en gran medida.

El pueblo de Afganistán ahora está pagando un precio punitivo por estas suspensiones. Se esperaba que la mitad de todos los niños y niñas menores de cinco años, alrededor de 3,2 millones, sufrieran desnutrición aguda para fines de 2021. Un millón de niños corren el riesgo de morir sin un tratamiento inmediato que les salve la vida.

Una mujer con un niño en brazos en Afganistán

El momento de actuar es ahora. El momento de desbloquear la financiación que salva vidas debe ser ahora. Tenemos la oportunidad de frenar esta crisis del hambre. 

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