En 2021 se cumple el cuarto año del mayor y más rápido desplazamiento de personas en décadas, la crisis de los refugiados Rohingya. Naciones Unidas ha descrito la crisis como una violencia genocida que ha seguido a décadas de persecución y abusos de los derechos humanos.
Los personas refugiadas llegaron al distrito de Cox's Bazar, en Bangladesh, donde se unieron a los 200.000 rohingya que huyeron años atrás. Desde el 25 de agosto de 2017, más de 700.000 refugiados rohingya de Myanmar han huido a Bangladesh. En la actualidad, unos 913.660 refugiados y refugiadas rohingya apátridas viven en campos de refugiados, entre ellos el más grande y con mayor densidad de población del mundo: Kutupalong. Más de la mitad de los refugiados pertenecen a la población infantil.
Bangladesh, incluida Cox's Bazar, es una de las naciones más propensas a los desastres de Asia y el Pacífico, donde está expuesta a ciclones y a graves inundaciones provocadas por los monzones.
¿Qué hace World Vision para ayudar a los refugiados y refugiadas rohingya?
World Vision lleva prestando sus servicios en Bangladesh desde 1970, tras el Gran Ciclón Bhola que mató al menos a 300.000 personas en todo el país. Hoy, el trabajo de World Vision en Bangladesh llega a unos 5 millones de menores y población infantil.
Atendemos a unas 500.000 personas en 21 campamentos y a 150.000 en las comunidades de acogida vecinas, a través de la alimentación, la nutrición, el agua, el saneamiento y la higiene, y la educación.
World Vision ha instalado pozos profundos, letrinas, estaciones de lavado de manos y cubículos de baño para beneficiar a más de 200.000 refugiados en 11 campamentos. Celebramos sesiones de promoción de la higiene y apoyamos a unos 1.000 comités de agua, saneamiento e higiene (WASH) en las comunidades que gestionan y mantienen las instalaciones.
Hemos impartido educación informal a 3.840 escolares de 3 a 14 años en nuestros 21 centros de aprendizaje, en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Los jóvenes de entre 15 y 18 años también se beneficiaron de la formación en habilidades profesionales, así como de la alfabetización y la aritmética básica.