Volar de nuevo

En una pequeña casa de un pueblo marginado, apenas visible en un mapa, alejada del caos de las ciudades, vive una familia sencilla. El padre trabaja como constructor, mientras que la madre pasa la mayor parte de su tiempo en la casa criando a sus hijos.

Inspirada por el cuidado de su madre y su padre, Tuqa ha mirado hacia el futuro con sus ojos brillantes.

Tuqa siempre ha mostrado pasión por la vida, poniendo una sonrisa en la cara de todos los que se cruza. Tuqa soñaba a lo grande y nada le impedía transformar sus sueños en realidad, pero un día la vida de Tuqa cambió para siempre.

Hace dos años, Tuqa estaba jugando afuera de la casa con su familia alrededor. Su padre notó que cuando intentaba correr o caminar, su movimiento no era normal.

Como si Tuqa dejara de esparcir alegría con sus alas, la tristeza llenó su hogar. A pesar de la dura situación, su padre no dudó en ayudar a su mariposa a volver a volar como antes.

La llevó de médico en médico tratando de averiguar qué le pasaba. Después de ver a varios médicos, la tristeza de la familia llegó a un punto de ebullición, ya que uno de los médicos confirmó que Tuqa tenía una masa cancerosa en la pierna. Debía amputación la pierna de Tuqa.

Tuqa no solo soportó dolor físico, sino dolor emocional y psicológico. Tuqa tuvo que adaptarse a vivir con una prótesis, con restricciones de movimiento. Sentía que no podía volar alto y llegar a la cima como había hecho hasta entonces. Cayó en una depresión y se aisló en su habitación. 

“Me hizo sentir diferente a otros niños de mi edad”.

“Enfrenté muchos desafíos en mi escuela, ya que no podía acceder a las instalaciones escolares, porque no tenían accesibilidad, así que me cambié a mi escuela actual”. "Ahora las cosas están mejor en términos de accesibilidad a las instalaciones", dice Tuqa.

“La aceptación de mis compañeros sigue siendo un obstáculo, pero mis profesores no me hacen sentir ningún tipo de discriminación, me tratan como al resto de mis compañeros”.

"El principal desafío para mí es llegar a la escuela, ya que tengo que recorrer la distancia de mi casa a la escuela y viceversa. Los transeúntes miran mi pierna ortopédica".

"Pero aprendí a ignorarlo con el tiempo, porque esta pierna ahora es parte de mi identidad y no me avergüenzo de ella".

Los compañeros de clase y los amigos de Tuqa no la dejaron sola en los momentos difíciles. Intentaron apoyarla y ayudarla a salir del estado mental en el que se encontraba.

La nominaron para convertirse en miembro del Comité Infasntil para la Protección y Defensa, que fue fundado por World Vision y la Red Palestina de Protección Infantil.

El comité realiza actividades e iniciativas en la comunidad para crear conciencia y abogar por los derechos de los niños.

No fue fácil para Tuqa seguir adelante y salir de su aislamiento, pero sus sueños aún eran grandes, por lo que se obligó a salir de la depresión lentamente, con la ayuda de familiares y amigos.

Cuando Tuqa fue a la entrevista para convertirse en miembro del comité, todos notaron la chispa en sus ojos y la pasión que tiene por la vida. Sin embargo, todavía tenía dudas sobre sí misma y sobre lo que podría lograr.

Tuqa fue elegida como miembro después de la entrevista. Fue entonces cuando comenzó un nuevo capítulo de su vida. Como resultado de su participación en las reuniones y capacitaciones del comité, pudo superar la timidez, la vacilación y el aislamiento que soportó.

Aprendió a alzar la voz y extender sus alas nuevamente. Se volvió más sociable y más servicial con su comunidad. Aprendió a ser la voz de los sin voz.

“Una de las capacitaciones que más me ayudí fue la capacitación de “autoconocimiento”, que me ayudó a aprender cosas que antes no sabía sobre misma", dijo Tuqa.

"Mira a tu alrededor, el mundo nos da mucho espacio para vivir. Extiende tus manos y aprovecha las oportunidades que da la vida. Vive con tu cuerpo tal como es, y sea cual sea tu discapacidad, puedes llegar a lo más alto”. Tuqa dirigió un discurso a todos los niños y niñas con discapacidades.