Los niños y las niñas de todo el mundo sufren los efectos del hambre. Para algunas personas, el aumento del coste de los alimentos significa comer menos fuera, para otras directamente significa no comer nada.
Casi 50 millones de personas en 45 países se enfrentan a la hambruna, y cientos de miles de niños podrían morir.
Pero tú puedes marcar la diferencia y ayudar a una familia a llevar comida a la mesa.