1.000 niñas están esperando

Lenny, una antigua niña apadrinada de 27 años, está ayudando a las familias a combatir la pandemia del coronavirus.

Es una trabajadora sanitaria de primera línea que trabaja para el gobierno haciendo pruebas, protegiendo y tratando a las personas necesitadas. "Estoy preocupada, sobre todo porque tengo un bebé esperándome en casa, pero tengo que estar donde más me necesitan".

El apadrinamiento de niños y niñas no ayuda sólo a un niño, sino también a las generaciones futuras.

Nasima vio cómo su padre casaba a su hermana. "Sólo tenía 14 años", dice Nasima. Nasima escapó de ese mismo destino, tras ser apadrinada.

El padre de Nasima está enfermo y no puede trabajar. Su madre es analfabeta. Necesitaban ayuda.

"A mi madre le dieron una vaca", dice Nasima. Eso permitió a la familia ganar más y han podido comprar más tierras y ampliar su negocio. Nasima está recibiendo formación para un empleo público.

"Cuando quise empezar mi formación como enfermera, no teníamos para pagar los costes", dice Amandeep.

"Mi padre hizo todo lo posible por ayudarme a terminar mis estudios, pero esto era demasiado para él".

"Sólo después de que World Vision India interviniera y pagara mis tasas pude conseguir que me admitieran en el curso. Siempre le estaré agradecido por ello".

Irish fue apadrinada cuando tenía cinco años y gracias al apoyo de su padrino, World Vision, y su familia, se convirtió en profesora.

"Me veo reflejada en ellos cuando tenía su edad. Mi esperanza es que alcancen sus sueños como yo alcancé los míos".

Hoy, Irish sostiene la educación de su hermano menor y mantiene a su familia, junto a los estudiantes a los que ayuda a salir adelante cada día.