La historia de Hiba
Hiba llegó con sus padres y abuelos al campo de refugiados de Zaatari en mayo de 2013 huyendo de la violencia en Siria. Sus padres solían pelearse mucho, la situación era insostenible y su madre decidió abandonar su hogar. Ella y sus hermanos se quedaron con su abuela y sus tíos durante dos años. Pero entonces su abuela decidió regresar a Siria y los niños quedaron sin ningún familiar con el que vivir.
Una vez más tuvieron que dejarlo todo atrás y fueron llevados con su madre al campo de refugiados de Azraq. Allí están empezando una nueva vida.
Hace dos años que Hiba empezó a tocar el piano en uno de los Centros Seguros para Niños gestionados por World Vision. Allí puede practicar su afición, compartir tiempo con otros niños y olvidar por un rato la realidad que les ha tocado vivir.
“Cuando sea mayor, me gustaría ser profesora de música", afirma Hiba.