Madrid, 11 de octubre de 2023: World Vision Afganistán, con sede en Herat, ha destacado los crecientes riesgos a los que se enfrenta la infancia tras los terremotos de este fin de semana cuyas réplicas continúan. Hasta la fecha se calcula que hay más de 4.000 víctimas mortales y 10.000 heridos. Algunos pueblos han quedado totalmente destruidos y muchos otros han sufrido graves daños. 

La directora nacional de World Vision en Afganistán, Thamindri De Silva, ha declarado: 

"Esta semana estamos de luto. Ayer visité un pueblo en el que ahora sólo quedan tres supervivientes de sus 900 habitantes. Desde la distancia, todo lo que podíamos ver eran montones de escombros donde antes había casas, y montones de piedras que hacían las veces de marcadores donde estaban enterrados los muertos”. 

"Sin embargo, en medio de esta devastación, los niños y niñas pequeños me asombran. Pasamos por comunidades que vivían en tiendas de campaña situadas junto a montones de piedras que marcaban a los muertos, mientras los niños y niñas se movían alrededor de las tiendas y las piedras jugando como si los terremotos nunca hubieran ocurrido. Los niños aparecían casi dondequiera que fuéramos, tenían curiosidad por ver a un grupo de extraños visitándoles en sus nuevas tiendas azules. Los únicos lugares donde nos recibió el silencio fueron donde los niños habían fallecido, bien en sus aulas o en casa con sus madres”.

World Vision se entristece profundamente al informar que una de nuestras queridas maestras, Rabia, murió en los terremotos del sábado, en el pueblo de Koshkak, Herat. Rabia dirigía el único proyecto educativo comunitario de la aldea y murió junto a sus tres hijos y otras 12 personas bajo su instrucción. A Rabia le sobreviven su marido y otros cuatro hijos. 

Thamindri De Silva, rinde homenaje a Rabia en este vídeo: 

https://www.youtube.com/watch?v=P0ifS70zjGY  

¿Qué pasará este invierno?

"La pregunta que todo el mundo se hace es ¿qué pasará este invierno? Las comunidades necesitan tiempo suficiente para llorar, reflexionar y seguir adelante, y el tiempo no está de su lado”, añade Thamindri De Silva. "Nuestro personal está dividido entre su deseo de ayudar a las comunidades afectadas y satisfacer las necesidades de sus propias familias, que también son víctimas de este terremoto. Muchos no saben cómo hablar a sus hijos pequeños de por qué sus casas temblaron ese día. Un colega describió cómo un padre agarraba la mano de su hijo pequeño mientras se dirigían a una distribución comunitaria. Instantes después regresaron con un solo trozo de pan en la mano. El resto de la familia había muerto y los dos tenían que reconstruir su futuro”. 

Los habitantes de Herat, en el oeste de Afganistán, han sufrido mucho en las últimas décadas, pero la devastación causada por los terremotos de este fin de semana no tiene precedentes, y los niños y niñas cuyas vidas quedarán marcadas para siempre por esos momentos sentirán sus efectos durante mucho tiempo. 

Dieciséis aldeas se han visto gravemente afectadas en los alrededores de Herat; algunas han quedado totalmente destruidas, mientras que otras han sufrido graves daños. El Hospital Provincial de Herat está desbordado y la zona permanece acordonada con un alto nivel de seguridad y acceso restringido.  

Las primeras evaluaciones indican que un número desproporcionado de las víctimas mortales son mujeres y niños. En Afganistán, la mayoría de las mujeres habrían estado en sus casas en un día laborable/escolar. 

World Vision Afganistán cuenta con un equipo de trabajadores humanitarios altamente capacitados y dedicados, la mayoría de los cuales son locales. “Con el epicentro a sólo 25 millas de nuestra oficina, mis colegas y yo nos hemos visto personalmente afectados. Incluso aquellos que han escapado a las pérdidas directas describen a sus hijos asustados e incapaces de dormir, y muchos han pasado las noches a la intemperie en parques”, explica Thamindri De Silva. "Luego, de día, se unen a los equipos que responden en comunidades donde todos han perdido a seres queridos, han sufrido heridas o han visto sus casas y propiedades destruidas”. 

"Estos son nuestros vecinos cuyas necesidades urgentes requieren una respuesta urgente: atención médica, agua, alimentos, refugio y ayuda para mantenerse a salvo. Estamos coordinándonos estrechamente con otras organizaciones para prestar esta ayuda.  Pero también somos conscientes de las necesidades a largo plazo que generan estas catástrofes, desde graves consecuencias para la salud mental hasta el empeoramiento de una situación humanitaria ya de por sí desesperada en la que los niños y niñas se verán especialmente afectados”, concluye Thamindri De Silva. 

Antes de los terremotos, más de 29,2 millones de afganos necesitaban ayuda humanitaria debido a las crisis relacionadas con el cambio climático, como la sequía, y a una economía en dificultades tras décadas de conflicto y problemas de gobernanza. La respuesta internacional, sin embargo, ha sido lamentablemente inadecuada, y esta catástrofe no hace sino sumir a más personas en una categoría de necesidad humanitaria que la comunidad internacional se ha mostrado hasta ahora poco dispuesta a abordar. 

Nota para los editores: 

World Vision comenzó sus operaciones de ayuda de emergencia en Afganistán en 2001, atendiendo las necesidades humanitarias de los niños, niñas y sus familias afectadas por conflictos y desastres naturales. Más de 20 años después, World Vision en Afganistán continúa asociándose con las comunidades para proporcionar respuesta humanitaria junto con iniciativas de recuperación temprana, resiliencia y desarrollo en las provincias occidentales de Herat, Ghor, Badghis y Faryab. 

Los programas de World Vision en Afganistán dan prioridad a la salud materna e infantil, la nutrición, el agua, el saneamiento y la higiene, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria, la educación, la protección de la infancia y los programas de dinero en efectivo polivalentes. World Vision trabaja en colaboración con las comunidades de forma holística para responder, satisfacer de forma integral las necesidades básicas y promover la recuperación, la resiliencia y el desarrollo comunitario.

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