Por Zipporah Karani y Dickson Kahindi, Departamento de Comunicaciones de World Vision Kenia.
Al igual que la mayoría de las personas en Kenia, Catherine, residente del condado de Baringo, se sintió asustada cuando se anunció el primer caso de COVID-19.
Las noticias sobre el impacto devastador de la enfermedad en la vida de las personas en Asia, Europa y Estados Unidos llegaron a los medios de comunicación. Y Catherine temía que solo fuera cuestión de tiempo antes de que un destino similar sucediera en su comunidad. "Estaba asustada y preocupada por la enfermedad y por cómo podría afectar a las personas aquí" dice ella.
En los siguientes días, a medida que los casos de COVID-19 seguían aumentando en el país, Catherine escuchó con atención las medidas preventivas recomendadas para la enfermedad que se transmitían a través de varios medios de comunicación.
Todos pusieron énfasis en la importancia de lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón para prevenir la propagación de la enfermedad. Se sorprendió al saber que un acto aparentemente tan simple tenía un poder inmenso al abordar COVID-19.
Sin perder la oportunidad de marcar la diferencia en la vida de las personas, comenzó a pensar en formas de apoyar a su comunidad a adoptar las prácticas de higiene recomendadas.
Un jabón más accesible para las familias en esta zona rural