El apadrinamiento es una oportunidad para conectar personalmente con un niño, una familia y una comunidad que lo necesita. Pero, ¿Qué significa esto cuando se lucha contra la crisis de hambre global que tiene a 41 millones de personas al borde de la hambruna? ¿Puede el apadrinamiento realmente marcar una diferencia en una crisis que ya es tan vasta y abrumadora?
¡Es una pregunta importante!
El hambre extrema crea un ciclo del que la gente no puede escapar. Hace que las personas sean menos productivas y más propensas a las enfermedades, lo que a su vez puede dificultar la mejora de sus medios de vida o la obtención de mejores ingresos. El apadrinamiento puede romper ese ciclo al empoderar a las comunidades para crear un cambio duradero.