Pongamos fin a la violencia contra las niñas. 1.000 niñas están esperando.
Cambia su vida. Y la de toda su comunidad.
Ayúdanos a apadrinar a 1000 niñas antes del 11 de octubre, Día Internacional de la Niña.
Las niñas nacen con los mismos derechos que los niños. Lamentablemente, las tradiciones, la cultura y otras complicadas circunstancias conllevan el robo de ese derecho, por el simple hecho de ser niñas.
Los programas de apadrinamiento tienen en cuenta a niños, familias y comunidades para superar obstáculos, desafiar las desigualdades de género y devolver a las niñas sus derechos.
Millones de niñas y mujeres viven con miedo a la violencia, solo porque son niñas.
También sabemos que existe una cruda realidad en la que todas las mujeres y niñas viven con algún elemento que provoque miedo en sus vidas.
64 millones de niñas están trabajando en lugar de aprender.
12 millones de niñas se casan en contra de su voluntad cada año.
500 millones de mujeres en todo el mundo son analfabetas.
El apadrinamiento nos permite crear programas que trabajan para cambiar las normas sociales, guiar y educar a las comunidades, incluidos hombres y niños, para ayudar a crear un mundo donde todos disfruten de sus derechos y decidan cómo debería ser su futuro.
Trabajamos para asegurarnos de que las niñas vulnerables de todo el mundo puedan ir a la escuela para que puedan ayudar a transformar su propia vida y su comunidad. Cuando una niña recibe educación y conoce sus derechos, tiene el doble de probabilidades de enviar a sus propios hijos a la escuela.
22 niñas se casan cada minuto. Trabajamos con padres y comunidades para capacitarlos, informarlos y apoyarlos en la mejora de los derechos de las niñas. Protegemos a las niñas vulnerables de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil.
Las familias que pueden obtener sus propios ingresos son más libres y están en mejores condiciones para enviar a sus hijas a la escuela. Capacitamos a mujeres en habilidades como la agricultura, creamos grupos de ahorro y las ayudamos a iniciar negocios.
Nos aseguramos de que las niñas tengan voz desde una edad temprana, para que puedan ayudar a dar forma a lo que sucede en su comunidad. Nahomy, en la foto, es una niña apadrinada que se ha convertido en alcaldesa juvenil de su área en Honduras.
Los niños apadrinados tienen menos probabilidades de estar desnutridos, abandonar la escuela, sufrir violencia sexual, ser objeto de trata o casarse siendo niños. En este momento, miles de niñas necesitan urgentemente padrinos y madrinas que las ayuden a construir un futuro sin miedo.
Dassari tenía 15 años cuando recibió por primera vez una carta de su madrina, Angie, de 21.
El apadrinamiento le dio a Dassari la oportunidad de descubrir sus pasiones, enfrentar algunos de sus miedos y aprender cómo convertirse en una fuerza de cambio positivo para otras niñas en su comunidad.
Dassari ahora tiene 21 años y trabaja como maestra de escuela en su ciudad natal. Está agradecida de haber tenido la oportunidad de ayudar a otras niñas a liberar su potencial al compartir parte de la capacitación y el apoyo de World Vision que recibió hace años.
“Gracias a Angie fui apadrinada, tuve educación, y ahora soy una persona con valores y principios”.
Ayúdanos a apadrinar a 1000 niñas antes del 11 de octubre, Día Internacional de la Niña, para ayudar a las niñas de todo el mundo a vivir vidas libres de miedo.
70 años
Protegiendo a los vulnerables y luchando contra la pobreza
Casi 100 países
Trabajando en todo el mundo, donde sea que nos necesiten
200 millones de niños
Con educación, agua, alimentos y empoderados
Estas niñas, en todo el mundo, han visto sus vidas transformadas por su padrino.
Ahora, junto con el trabajo de World Vision, están ayudando a transformar sus comunidades locales.
Lenny, ex niña apadrinada de 27 años, está ayudando a las familias a combatir la pandemia del coronavirus.
Es una sanitaria que trabaja para el gobierno para evaluar, proteger y tratar a las personas necesitadas. "Estoy preocupada especialmente porque tengo un bebé esperándome en casa, pero tengo que estar donde más me necesitan".
El apadrinamiento no ayuda solo a un niño, sino también a las generaciones futuras.
Nasima vio a su padre casar a su hermana. “Ella solo tenía 14 años”, dice Nasima. Tras ser apadrinada, Nasima escapó al mismo destino.
El padre de Nasima está enfermo y no puede trabajar. Su madre es analfabeta. Necesitaban apoyo.
“A mi madre le dieron una vaca”, dice Nasima. Permitió a la familia ganar más y han podido comprar más terrenos y expandir su negocio. Nasima se está formandopara un puesto en el gobierno.
"Cuando quise comenzar mi formación como enfermera, no teníamos dinero para pagar las tasas", dice Amandeep.
"Mi padre hizo todo lo posible para ayudarme a terminar mis estudios, pero fue demasiado para él".
"Después de que World Vision interviniera y pagara las tasas de estudio, pude asegurar mi admisión al curso. Siempre estaré agradecida por eso".
Irish fue apadrinada cuando tenía cinco años y gracias al apoyo de su padrino, World Vision y su familia, se convirtió en maestra.
“Me veo en ellos cuando tenía su edad. Mi esperanza es que ellos alcancen sus sueños como yo lo hice con los míos”.
Hoy, Irish está apoyando la educación de su hermano menor y manteniendo a su familia, junto con los estudiantes a los que ayuda a tener éxito todos los días.
